Por qué es importante tener una formación de Yin yoga para enseñar Yin yoga

 

Hace 10 años, justo tras cursar mi primera formación de Yin yoga, pasé un tiempo nómada entre el Sur de Inglaterra y el Sur de España. Allá donde iba, buscaba una clase de Yin yoga que atender. Y cuál no sería mi sorpresa cuando me encontraba una y otra vez con clases de Yin donde no se enseñaba Yin.

En estas clases “de Yin” se ponía a las alumnas en posturas estáticas y relativamente relajadas si bien exigentes (no eran reconstituyentes tampoco) con poco entendimiento/explicación de qué estábamos haciendo. Pronto entendí qué estaba pasando y que no muchos profesores tenían formación de Yin yoga porque no se consideraba necesaria.

Hoy las cosas han cambiado mucho. Casi nadie se plantea tomar clases con una profesora que no esté formada, aunque con el Yin parece haber más permisividad: cualquier cosa a mitad de camino entre reconstituyente y mantener las posturas de Hatha durante varios minutos puede hacerse pasar por Yin. ¡Pero no lo es!

Aquí enumero cinco cosas que a mi entender son necesarias para enseñar Yin yoga; cinco cosas que encontrarás en una formación de Yin yoga seria, con un temario exhaustivo e impartida por una persona experta en este estilo concreto de yoga.

1. Saber los nombres de las posturas de Yin yoga y utilizarlos: la Oruga no es Paschimottanasana, ni el Caracol es Halasana.

Esta terminología apunta a diferencias fundamentales entre el Yang y el Yin yoga. A mis formaciones llegan personas con prácticas dedicadas de Yang que arrastran ciertas “inercias” yóguicas. Una es el constante querer llevar más allá la postura en lugar de permitir que el tiempo haga su magia, que los tejidos conectivos se adapten y lleven la forma a dónde ha de ir de forma natural. Otra es insistir en una alineación concreta porque se ha aprendido que es lo más seguro, lo cual impide abrirse a nuevas posibilidades, tanto a nivel físico como psicológico. Llamar a cada postura de Yin yoga por su nombre nos invita a dejar de lado lo que ya sabemos y a abrirnos a un nuevo entendimiento y, sobre todo, a una nueva experiencia del yoga.

La foca en Yin yoga

2. Aprender sobre tejidos faciales y su papel estelar en la práctica de Yin: son la razón por la que practicamos cómo practicamos.

Cuando relajamos conscientemente la musculatura de un área concreta del cuerpo durante una postura de Yin yoga, buscamos incidir sobre los tejidos faciales de ese área. Las fascias son tejidos que acompañan al movimiento; son plásticos y no elásticos como los músculos, los cuales generan movimiento. Por ello, las fascias responden mejor a un estrés positivo de tipo yin: a tensión o compresión estática y de larga duración. Las posturas de Yin yoga pueden ayudar a que las fascias se reorganicen, se alarguen, se hidraten o aumenten su grosor. Del buen estado de las fascias dependen nuestra movilidad, nuestra capacidad de sentirnos físicamente a gusto en nuestro propio cuerpo e incluso el funcionamiento correcto de nuestro metabolismo. Saber trabajar con ellas correctamente es crucial.

Torsión en Yin yoga

3.Familiarizarse con el mapa del cuerpo energético según la Medicina China: para ir más allá de la dimensión física.

La ciencia de la salud tras el Yin yoga no es el Ayurveda sino la Medicina China. Ambas comparten conceptos, como el de fuerza vital (chi-prana), canal energético (meridiano-nadi) o centro de energía (dantien-chakra). Tanto en Yin como en Yang buscamos desbloquear energéticamente el cuerpo para generar salud. Sin embargo, cada sistema tiene un “mapa” diferente. Con las posturas de Yin podemos incidir mediante acupresión en al menos 10 meridianos principales y ayudar a armonizar el flujo de energía hacia 10 órganos internos, además de tener un impacto potencial sanador sobre determinadas emociones asociadas con ciertos órganos.

Variante de Bananasana

4.Tener experiencia de meditación: para poder “acompañar” a tus alumnas durante la clase. 

Además de la dimensión física y la energética, el Yin yoga tiene una dimensión meditativa. Su énfasis en la quietud corporal la convierte en un excelente puente entre la meditación formal y la práctica de asanas. Pero mantener las posturas unos minutos “sin hacer nada” puede resultar un gran desafío para quienes no están acostumbrados a afrontar los contenidos de su propia mente sin distracciones. Saber lidiar con estas dificultades en ti mismo te capacita para ofrecer sugerencias útiles y empáticas a tus alumnos durante la clase.

El Puente en Yin yoga

5.Mantener una práctica personal y dedicada de Yin yoga: sentir pasión por lo que compartimos.

Una buena formación de Yin yoga fomentará tu amor por el Yin y te dará recursos, tanto para compartir, como para seguir explorando tu propia práctica de Yin por tu cuenta. Cuando hacer Yin y cuándo hacer Yang es tu decisión; lo importante es comprender que son dos mitades de un todo llamado yoga. En mi formación empezamos cada día con una completa sesión guiada de Yin yoga que incluye: calentamientos clásicos, variantes de posturas, pranayamas y visualizaciones, tiempo de meditación. En ellas ponemos en práctica lo abordado de forma teórica en el manual.

Caracol en Yin yoga

Espero que estas ideas te sean útiles y te ayuden a encontrar la formación de Yin yoga que mejor se adapta a ti y lo que buscas.