Los pranayamas en Yin yoga

Foto: Motoki Tonn - Unsplash

Una duda que suele surgir entre quienes llegan por primera vez al Yin es el papel de las técnicas de respiración en este estilo de yoga. ¿Se hacen? ¿Y si sí, cuáles y cuándo? En nuestras clases de Yang yoga estamos acostumbradas a hacer pranayamas antes, durante o después de las asanas. En Yin también, pero con algunos matices. 

UN PUENTE A LA SALUD FISIOLÓGICA Y MENTAL

Respirar “bien” es de vital importancia, tanto en la vida diaria como en el yoga. La forma en que respiramos tiene un impacto directo en nuestras constantes vitales y nuestra actividad cerebral. Cuando inhalamos, llevamos oxígeno a los pulmones que se transforma en nutrientes que luego son transportados por la sangre a las células del cuerpo. Cuando exhalamos, expulsamos dióxido de carbono, un subproducto de desecho en el proceso de la nutrición de las células. 

Si la respiración está restringida, la capacidad pulmonar disminuye y la oxigenación (la nutrición) es menor en todo el organismo, al igual que la tasa de expulsión de toxinas; la necesaria circulación de fluidos a órganos como riñones, intestinos o hígado se ve disminuida, lo cual afecta a sus funciones; y el cerebro y la médula espinal no se benefician de la tonificación que les proporciona la presión interna rítmica de una buena respiración.

La Organización Mundial de la Salud identifica hoy la respiración como uno de los tres pilares del bienestar (junto al movimiento y la alimentación), al igual que los antiguos yoguis indios o taoístas chinos hicieron hace siglos. En estos modelos ancestrales, la respiración se entiende como el aspecto más sutil del cuerpo físico y el más burdo del cuerpo energético. Las prácticas de respiración consciente tienden un puente entre ambos con un impacto positivo en nuestra mente, nuestras emociones y hasta en nuestra visión del mundo.

CÓMO RESPIRAMOS EN YIN YOGA

En mis sesiones de Yin yoga y antes siquiera de pensar en técnicas concretas de pranayama, me gusta sugerir que empecemos estableciendo un patrón respiratorio armónico, fluido y consciente. Se trata de una forma de convertir ese ir y venir de la respiración en un aliado de práctica. A medida que inhalamos y exhalamos permitiendo que la naturalidad y la sencillez de este proceso nos impregne, la mente reconoce su capacidad innata de estar en paz y se va calmando; por su parte, el cuerpo se anima a soltar tensiones y a habitar el momento/la asana con mayor comodidad.

Volver una y otra vez a la respiración y comprobar su calidad nos ayuda a evitar lesiones. Al identificar cuando esta se ha vuelto superficial, corta o laboriosa, comprendemos que quizá estemos llevando la postura a un grado de intensidad excesivo e inadecuado que puede resultar en daño. O bien que nuestra mente ha sido secuestrada por pensamientos innecesarios de origen incierto apartándonos de la práctica. En ambos casos, ser conscientes del transcurrir de la respiración nos devuelve al presente y nos conecta con la naturaleza impermanente del momento y lo que en él se da (pensamientos, emociones, sensaciones físicas), algo que puede ser muy liberador.

Cada fase de la respiración tiene atributos diferentes y complementarios: la inhalación, expansividad; la pausa intermedia, quietud; la exhalación, relajación. Permitir que estas cualidades se hagan eco en nuestro interior nos prepara para la meditación. Pero más allá de mantener una respiración de calidad y dejar que sus beneficios vayan aflorando a lo largo de la práctica, podemos utilizar técnicas concretas de pranayama.

Pulmón Yin Yoga

PRANAYAMAS QUE ENFRÍAN Y CALMAN

Pranayama es la cuarta de las ocho ramas del yoga. Este vocablo sánscrito que normalmente se traduce como “técnica del control de la respiración”, está compuesto por los términos “prana” (energía vital, fuerza de vida) y “ayama” (estirar o extender); se refiere pues a expandir la energía vital dentro de nuestro cuerpo utilizando técnicas respiratorias. 

En Yin utilizamos algunos pranayamas que nos son familiares de nuestra práctica de Yang, si bien buscamos aquellos que potencian calmar el sistema nervioso y despertar el lado lunar o yin. Entre ellos están Nadi Shodana o Respiración por Fosas Nasales Alternas (sin retención), Chandra Bedha o Respiración Lunar, Shitali Pranayama o Respiración Refrescante y Ujjai Pranayama o Respiración Oceánica. 

Los tres pranayamas descritos a continuación provienen de la tradición daoísta, son suaves y se pueden practicar independientemente de la secuencia de Yin. Sus efectos positivos pueden notarse muy rápido, tanto si tienes experiencia como si no y, en caso de insomnio, tensión mental o depresión, pueden ser muy eficaces.

Es importante que aprendas los pranayamas más complejos de la mano de una persona experta. De lo contrario, corres el riesgo de desequilibrar tu sistema pránico. 

  • RESPIRACIÓN TAOÍSTA EN 4 PARTES

Existen diferentes versiones de este pranayama. En esta variante, empieza en postura de Seiza, utilizando los accesorios necesarios para que la asana sea cómoda y sostenible (por ejemplo, un bloque debajo de los isquiones, una manta enrollada detrás de las rodillas y/o una manta doblada debajo de los tobillos). 

  • RESPIRACIÓN ENERGIZANTE

A pesar de su nombre, este pranayama tiene un efecto muy calmante y armonizante. Puedes empezar de pie o sentada y hacer tantas rondas como sientas que es adecuado.

  • ÓRBITA MICROCOSMICA

Esta es otra técnica proveniente del taoísmo que a veces utilizamos en Yin yoga y cuyo objetivo es hacer que la energía fluya libremente por los meridianos Vaso Gobernador y Vaso Concepción de forma que esté disponible para el resto de los meridianos.