Aprende a moverte nutritivamente: Katy Bowman en Barcelona

No sé tú, pero yo, hasta hace poco, no me consideraba una persona sedentaria.
Hago yoga, uso la bici, me gusta bailar, nadar, caminar por el bosque… Aunque también es verdad que mi trabajo de traductora me ata a la silla durante muchas horas algunos días.
Cuando en Yogalinda me pidieron que interpretase para la visita de Katy Bowman a Barcelona, empecé a leer los libros de esta experta en biomecánica y mi perspectiva sobre qué es ser sedentaria y qué es ser activa cambió radicalmente.
En cierto modo, fue liberador. Según Katy, no necesitamos hacer 7 horas de ejercicio a la semana, sino 8 horas de movimiento al día. ¡Me apunto!

 

Moverse y ejercitarse no es lo mismo

Moverse no es llevar tu cuerpo de un lado a otro, sino movilizar todas las partes que lo componen.
Los movimientos naturales, aquellos que hacíamos cuando éramos cazadores-recolectores, como caminar distancias largas, estar en cuclillas, usar los brazos de muchas formas diferentes, etc., son esenciales para procesos como la digestión o la circulación sanguínea.
Ejercitarse es solo una parte pequeña de moverse. Y muchos de los movimientos que son esenciales para nuestra salud, no necesariamente están incluidos en los tipos de ejercicios que hacemos.

 

Por qué el movimiento cambia tu cuerpo

Debido a un proceso llamado mecanotransducción, las células del cuerpo perciben los estímulos mecánicos externos del movimiento y responden deformándose y adaptándose.
Al cambiar la estructura de la célula, el movimiento también puede cambiar, por ejemplo, la forma y densidad de los huesos, la longitud de los músculos y tendones o la tensión en reposo de los tejidos conectivos.
La mecanotransducción hace que los tejidos se adapten a nuevas situaciones, tanto cuando nos movemos, como cuando permanecemos mucho tiempo en una postura.
Para que estas adaptaciones celulares supongan mejoras y aporten salud a nuestro organismo, el movimiento tiene que ser lo más natural y variado posible, como los alimentos que ingerimos.

 

Movimiento nutritivo

El movimiento nutritivo que defiende Katy Bowman aporta micronutrientes a las células en forma de ejercicios correctivos. Estos ayudan a movilizar las zonas del cuerpo que se han vuelto sedentarias tras años de constricciones impuestas por el entorno (calzado, ropas ajustadas, horas de silla, etc.).
El movimiento nutritivo también aporta macronutrientes a diversas partes del cuerpo al mismo tiempo. Esta es una categoría más amplia de movimientos, como andar, agacharse en cuclillas, escalar o incluso levantarse del suelo con facilidad.
En los libros de Katy Bowman encontrarás innumerables sugerencias de movimiento nutritivo para hacer a lo largo del día, incluso durante tu jornada laboral.

 

Adios a la silla (tal y como la conocemos)

El principal problema de estar sentados en el trabajo no es la postura en sí, sino los largos periodos de tiempo que mantenemos una sola posición en detrimento de otras muchas que podríamos adoptar. Esta inmovilidad contribuye a que se vayan atrofiando los tejidos orgánicos.
¿La solución? Crear movimiento intermitente. No se trata de estar de pie ante una mesa de trabajo alta, ni sentada en una silla ergonómica, sino de explorar todas las posiciones intermedias que podemos adoptar a lo largo de una jornada laboral.
En el libro Adiós a la silla, Katy nos muestra 10 formas de utilizar la silla en el trabajo para generar movimiento nutritivo. En él encontramos numerosos recursos prácticos y explicaciones que cambiarán nuestra comprensión del movimiento tal y como lo conocemos.
Antes de conocer el trabajo de Katy Bowman, yo era una amante del movimiento. ¡Ahora soy una amante del movimiento nutritivo!